El diestro toledano ha puntuado en la práctica totalidad de sus actuaciones
Tomás Rufo responde a la exigencia creciente del público
El torero de Pepino ha sido uno de los pocos diestros que ha sumado oreja en la recién terminada Feria de San Isidro. Ese trofeo suma el décimo en Las Ventas durante toda su carrera. Más allá de estos números en solo tres campañas de matador más una de novillero hablamos de una consolidación superando momentos complicados. La exigencia de Madrid crece y este año Tomás ha demostrado otra vez que está a la altura.
El de Pepino triunfa con rotundidad en cualquier plaza, sea ésta de la categoría que sea
En menos de ochenta tardes vestido de luces, ha logrado puntuar en todas las plazas de primera en las que ha actuado salvo Bilbao con rotundidad en Manizales, Madrid, Sevilla y Nimes.
También ha enseñado que es capaz de aguantar la presión de la temporada y de las figuras y lo ha hecho con triunfos en las plazas de segunda: Guadalajara, Salamanca, Santander, Gijón, Castellón, Alicante, Pontevedra, Huesca, Valladolid, Cuenca…
Por encima de los números, lo que busca Tomás Rufo cada tarde es dejar huella en el aficionado
Todo este resultado viene acompañado por la certeza de una capacidad sin límites que crece a diario. Tomás busca dejar recuerdos más allá de los números y así ya ha dejado tardes como la arrolladora alternativa, la Puerta del Príncipe bajo la lluvia, el toreo a cámara lenta con el de El Puerto en Madrid en la despedida de Juli, el duelo con Luque en Pontevedra, el capote de Valencia en julio, los gritos de las peñas en Santander en su debut o las tardes en Nimes donde rozó el rabo e indultó un toro de Victoriano.
Tomás busca consolidarse y lo hace a golpe cantado teniendo en cuenta que solo tiene 24 años y no ha cumplido una tercera temporada completa de matador. Por delante una temporada apasionante con Alicante, Pamplona y Santander como el más cercano horizonte.