Emotiva despedida de Ponce en Guadalajara

Emotiva despedida de Ponce en Guadalajara

Emotiva despedida de Ponce en Guadalajara

El matador de Chiva fue sacado a hombros mientras que Leo Valadez cortó una oreja

Ficha

Plaza de toros ‘Nuevo Progreso’ de Guadalajara (México). Tercera corrida de toros de la temporada. Siete astados de la vacada de Tequisquiapan, el 7º como regalo.

Enrique Ponce: Ovación y Vuelta al ruedo.

Leo Valadez: Aplausos, Aplausos y Oreja en el toro de regalo.

Arturo Gilio: Aplausos y Aplausos.

Incidencias

Al culminar el paseíllo, el respetable sacó al maestro Enrique Ponce para darle una ovación y, posteriormente, a Leo Valadez y Arturo Gilio.

La afición reconoció la entrega y trayectoria del maestro Ponce y al finalizar el festejo lo sacaron a hombros.

Enrique Ponce
Primero

Salió el primero para Enrique Ponce, un toro de nombre «Romancero» y perteneciente a la ganadería de Tequisquiapan. El abreplaza resultó un toro bravo y con calidad al que el maestro Ponce saludó con algunas verónicas muy elegantes para después rematarlo con torería. En el tercio de varas, el toro cumplió en el caballo, a lo que le siguió un quite por verónicas que completó con una media de cartel. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes el diestro brindó al respetable. Lo recibió en la franela con elegancia, llevándolo de tablas a los medios con torería para después cuajarle las primeras tandas sobre el pitón derecho, aprovechando la calidad del de Tequisquiapan. Ponce quiso intentarlo con el pitón izquierdo, pitón por el que le cuajó un par de tandas. Sin embargo, el toro era mejor por el derecho, por donde decidió continuar Ponce. Culminó con algunas poncinas muy bien realizadas  y algunos detalles más. El acero cayó trasero y perpendicular, siendo insuficiente para que el animal doblara, teniendo que usar el descabello, escuchando un aviso.

Cuarto

Salió el cuarto de la tarde, un toro con mucha calidad para Enrique Ponce, que lo saludó con algunos capotazos. En un principio parecía no tener demasiada fuerza, por lo que el diestro lo mimó en su recibo, dándole espacio. Después de que el de Tequisquiapan pasara por el caballo de picar, le hizo un quite por verónicas. Se alcanzó la faena de muleta, pero antes de iniciarla, brindó al empresario José Luis Villarreal. En el inicio, una vez más, mostró la maestría y el gran oficio de este torerazo, que le hizo una faena muy bien estructurada,  llevándolo poco a poco, aprovechando la calidad y la fuerza de un toro al que logró meter en la canasta. Cuajó una emotiva  faena repleta de matices con la que cautivó a los tendidos, que se entregaron.  Desafortunadamente, lo que parecía un gran triunfo se esfumó una vez más en la suerte suprema, teniendo que usar el descabello. Aún así, la gente reconoció su esfuerzo y su trayectoria, por lo que dio una emotiva vuelta al ruedo.

Leo Valadez
Segundo

Leo Valadez saludó a «Nieto Chico» con una larga cambiada de rodillas para después lucirse con algunas verónicas y chicuelinas. El de Tequisquiapan cumplió en el caballo, empujando con fuerza en el peto. El de Aguascalientes, después de que el toro saliera del caballo, desarrolló un quite por faroles al que siguió con un tercio de banderillas que él mismo protagonizó, con dos pares al violín que emocionaron al respetable. A continuación, tomó la muleta y se fue a los medios para brindar al público y seguir con una faena en la que puso todo de su parte. Sin embargo, su oponente embestía a media altura, y aunque lo hacía con nobleza, le faltaba transmisión. Leo siguió intentándolo por ambos lados, dejando muletazos de mucho mérito, pero sin llegar a redondear una faena que culminó por manoletinas. No encontró acierto con el acero, teniendo que usar el descabello.

Quinto

Leo Valadez salió con disposición para saludar al quinto de la tarde de nombre «Quinientas noches» con una larga cambiada de rodillas para después estirarse con algunas verónicas, tratando de agradar al público. El toro cumplió en el tercio de varas, empujando en caballo y siendo bien picado. Valadez desarrolló su quite por crinolinas, algo que gustó a la afición. El diestro tomó la muleta, brindó al maestro Enrique Ponce e inició su labor ante un toro que tenía nobleza, pero que se paró muy pronto. Le buscó y trató de arrancarle cada muletazo, con mucho mérito, hasta lograr imponerse y  cuajar algunos muletazos que calaron en el tendido. Sin embargo, falló con el acero y escuchó un aviso.

Séptimo

Salió el toro de regalo, de nombre «Molinero», también con el hierro de Tequisquiapan, al que recibió Leo Valadez con toda la actitud, saludándolo con tres faroles de rodillas y algunas verónicas. Después de que el toro fue bien picado, llegó el quite, que lo desarrolló por zapopinas. Valadez se dispuso con la muleta ante un toro bueno y con emoción, elaborando una faena importante. Le puso actitud y mucha entrega, culminando por manoletinas, incluso de rodillas, y una estocada certera. Sin embargo, el de Tequisquiapan tardó en doblar y le dio un único golpe de descabello, cortando una oreja y dando un emotiva vuelta al ruedo con los ganaderos.

Arturo Gilio
Tercero

Arturo Gilio recibió en su capote al tercero de la tarde y primero de su lote «Huizache», un toro muy bueno y bravo. Lo llevó en el saludo por verónicas de rodillas para después seguirle por gaoneras y un remate muy torero. Sonó el cambio de tercio y Gilio se dispuso con la muleta, desarrollando una faena importante que hizo sonar con fuerza el «olé» de la afición durante las primeras tandas por el lado derecho. Le corrió la mano con un toreo de gusto, rematando con el de pecho, dejando tres tandas muy buenas. También hubo detalles en una buena serie sobre el pitón izquierdo. Sin embargo, regresó con la mano derecha, continuando una faena que fue a más. Toda su labor la empañó en la suerte suprema, estuvo teniendo que descabellar, escuchando un aviso y perdiendo una oreja que tenía bien ganada.

Sexto

El sexto, de nombre «Tapatío» resultó un buen toro al que Arturo Gilio supo aprovechar desde un principio con el capote, saludándolo con detalles muy toreros. El tercio de varas fue ejecutado por el picador Efrén Acosta, que fue ovacionado. La faena de muleta tuvo mucha importancia, dando Gilio una gran dimensión, cuajando muletazos por ambos lados, con profundidad. Sobre todo, es necesario destacar dos tandas que desarrolló por el pitón izquierdo, en las que se entregó. Por el derecho, los pases fueron largos, dotados de mucha personalidad. Tenía el triunfo en su mano y no falló con el acero, pero el animal se demoró en doblar, obligando a Gilio a usar el descabello.

Crónica y foto: Emilio Méndez – Suerte Matador