Indulto de Manuel Escribano en la última de San Cristóbal

Indulto de Manuel Escribano en la última de San Cristóbal

Indulto de Manuel Escribano en la última de san Cristóbal

El diestro sevillano, que cortó cuatro orejas, salió a hombros junto a Fernando Adrián y Colombo

Ficha

Plaza de toros Monumental de San Cristóbal (Venezuela). Tercera y última corrida de la Feria de San Sebastián. Reses de El Prado, Rancho Grande y Los Aránguez, el 2º, ‘Morya’, de El Prado fue indultado.

El rejoneador José Luis Rodríguez: Aplausos y Ovación.

Manuel Escribano: Dos orejas simbólicas tras indulto y Dos orejas.

Fernando Adrián: Oreja, Silencio y Dos orejas en el toro de regalo.

Jesús Enrique Colombo: Oreja y Dos orejas.

Manuel Escribano
Segundo

El toro que abrió la corrida fue noble y con mucha calidad. Éste fue aprovechado al máximo por parte de Manuel Escribano que lo cuajó a placer en los tres tercios, conectando mucho con los tendidos. Faena para el recuerdo con ambas manos. Finalmente, el ejemplar de El Prado fue indultado. Dos orejas simbólicas para el matador de Gerena.

Quinto

Otros dos trofeos obtuvo Escribano del quinto, otro cornúpeta con nobleza, que se desplazó con entrega y clase tras los engaños que le presentó el espada sevillano. Faena poderosa y de dominio, consiguiendo las mejores tandas con la mano derecha. Coronó su labor de forma acertada con el acero. Dos orejas.

Fernando Adrián
Tercero

Buena actuación tuvo también Fernando Adrián en su primer turno. Logró pasear un apéndice de su enemigo tras hilvanar un quehacer ante todo templado y lleno de gusto y plasticidad.

Séptimo

El que hizo séptimo no le dejó expresar demasiado su concepto del toreo al torero madrileño, obteniendo un balance de silencio.

Noveno

Con el sobrero de regalo, que fue el noveno de la suelta, Fernando Adrián sí que dejó constancia de su clase y categoría como torero, sometiendo con mano baja a su antagonista, en un trazo de muletazo largo y profundo. Espadazo arriba y dos orejas.

Colombo
Cuarto

El diestro venezolano Jesús Enrique Colombo volvió a brillar con capote, banderillas, muleta y espada. Con el tercero de la función anduvo capaz, solvente, con un oficio bien aprendido para extraer al astado todo lo que llevaba dentro. Oreja.

Octavo

Frente al octavo, cuajó Colombo un trasteo de enorme entrega, de mucha disposición, firme el torero, que supo lidiar primero al animal para después cuajarlo en varias series muy templadas. Dos orejas.

Foto: Plaza de Toros de San Cristóbal