‘El Litri‘, de Huelva a Almodóvar del Campo
El periodista Álvaro Acevedo condujo desde el Teatro Municipal una charla a distancia con el diestro, quien no pudo viajar desde Huelva por el temporal
La última jornada de charlas de la XXXIV Semana Cultural del Club Taurino ‘Almodóvar’, ante de la entrega esta noche de los trofeos a los triunfadores de la Feria Taurina 2025 de Almodóvar del Campo, se vio en cierta medida alterada ayer por la grandes lluvias que impidieron la presencia en persona del esperado maestro Miguel Báez ‘El Litri’.
Videoconferencia
Sin embargo, lejos de cancelar, como explicó Carmelo García, se recurrió a la tecnología para ofrecer, a través de videoconferencia, un coloquio conducido desde el Teatro Municipal por el periodista Álvaro Acevedo, director de Cuadernos de Tauromaquia y “uno de los críticos taurinos más respetados, queridos y admirados por los aficionados”.
Carmelo García
Pese a la distancia física, la velada pudo hacer honor al título de la convocatoria, ‘Heredero de una saga histórica del toreo’, a pesar de que ‘El Litri’ “tenía previsto venir y volver, pero es un riesgo importante”, como dijo el presidente de la entidad, quien elogió a este torero “de dinastía” que “supo transmitir la personalidad heredada de su padre”.
Virginia López
Previamente tomó la palabra Virginia López, edil de Cultura, quien ensalzó la figura del invitado como “eslabón vivo” de una saga de leyenda que alcanza ya cinco generaciones, en su caso íntimamente ligado a Huelva, y que tuvo una única actuación en la plaza de Almodóvar del Campo.
La alternativa en Nimes
Pero repasando los hitos de su carrera, comenzó por su alternativa en Nimes el 26 de septiembre de 1987, un acto “cargado de simbolismo” por ser su padre padrino y ejercer Paco Camino de testigo. “Desde entonces, y durante toda la década de los 90, su estilo clásico, su valor y su torería le llevaron a actuar en las principales plazas del mundo, convirtiéndose en uno de los nombres de referencia de su generación”, afirmó.
Ya en conexión directa desde su finca en Huelva, Miguel Báez ‘El Litri’ expresó su pesar por no poder asistir en persona. La charla, conducida con la cercanía de un amigo como Álvaro Acevedo, se convirtió no obstante en un fascinante viaje a través de cinco generaciones de toreros.
La dinastía de los Litri
‘El Litri’ explicó que, aunque su bisabuelo ‘El Mequi’ fue el iniciador, el primer gran revulsivo para la afición onubense fue su tío Manuel, fallecido trágicamente en Málaga en 1926. Su padre, el inolvidable Miguel Báez, creció escuchando las hazañas de su hermano mayor, y aunque fue autodidacta, se forjó en las duras capeas de la sierra onubense.
Diestros referentes
El maestro recordó la inmensa admiración que su padre sentía por Manolete, en quien veía un referente. Él, en cambio, confesó que el torero que más le impactó en su juventud fue Paco Ojeda y, después, Manzanares padre, “que era mágico”.
Huelva y sus toreros
Describió con orgullo el vínculo especial de Huelva con sus toreros, “gente sencilla, humilde, con personalidad y mucho valor”, apostilló, un cariño que él mismo sintió desde niño. “Iba con mi padre por la calle y lo paraba todo el mundo. Desde muy chiquitito sabía lo que significaba ‘Litri’ para Huelva y Huelva para los ‘Litri’”.
La época de su padre como novillero
Álvaro Acevedo y Miguel Báez analizaron el “fenómeno” que supuso la irrupción de su padre como novillero en 1949, con una fuerza arrolladora tal que, junto a Julio Aparicio, revolucionó el toreo. Aquel año toreó 116 novilladas. “En vez de dar corridas, se daban novilladas”, explicó.
Y en este contexto recordó anécdotas como la de una tarde en Madrid para la que se vendieron todas las entradas y quedaron 80.000 peticiones fuera. Sobre las repetidas retiradas y reapariciones de su padre, ofreció una visión cercana, por cuanto admitió que “se cansaba mucho. Él tenía que estar con buen ánimo para torear. No se quería engañar a sí mismo ni a nadie. Decía que no podía tener temporadas largas porque se cansaba”.
Retirada definitiva
A diferencia de su progenitor, él tuvo claro que su retirada sería definitiva, aunque admitió una única tentación. “Para el centenario de la plaza de toros de Huelva casi estuve tentado de volver. Estaba demasiado recién retirado… Me arrepiento de no haberlo hecho”.
Emoción de la alternativa
Recordó con especial emoción su alternativa en Nimes, donde su padre y Paco Camino reaparecieron para doctorarle a él y a Rafi Camino. “Fue un día mágico, inolvidable. Yo intuía que nos iban a dar un repaso, y así fue. La última lección de mi padre era para mí, y yo sabía que se iba a vaciar como torero para dármela”.
Dureza
Subrayó la dureza con la que su padre le trató en sus inicios, pues “me hizo saber desde muy chico que esto es así, que el toreo es duro y que aquí no vale el carnet de identidad. Le confió mi carrera a Paco Camino, diciéndole ‘Te lo pongo en tus manos y lo que tú hagas, bien hecho está”. Se lo agradeceré eternamente, porque él fue quien me hizo torero”.
El miedo
El coloquio se adentró en la faceta más íntima del torero. Preguntado por el miedo, ‘El Litri’ dijo que en esas situaciones “yo cierro los ojos y dejo que mi alma empiece a ver. Cuando mi alma empieza a ver, se me va quitando el miedo”.
Madrid
Admitió haberlo pasado “especialmente mal” en Madrid por la enorme exigencia del público, pero reconoció la importancia de la crítica taurina. “Es muy sana. A veces necesitas que te bajen al suelo. Es bueno para el torero aprender de tus errores, y es importante que a los toreros se les exija”, concedió al periodista Acevedo y confesó que, a pesar de su intensa carrera, nunca se vio tentado por la grandilocuencia. “Al torero lo que nos hace grande es tener la suficiente responsabilidad para, en todos los momentos, estar a la altura”, aseveró.
Compromiso
La charla concluyó con un turno de preguntas donde ‘El Litri’ se mostró tajante en contra de los mano a mano improvisados por sustitución y reafirmó su compromiso con el futuro de la fiesta, explicando que abre las puertas de su ganadería a “todos los que sueñan querer ser toreros”.
La noche terminó con un cálido aplauso que cruzó la distancia digital, cerrando cuatro veladas con grandes figuras en una Semana Cultural que, a pesar de los imprevistos, ha demostrado la vitalidad de la afición de Almodóvar del Campo y, ayer, pudo admirar el retrato profundo y sincero de una de las sagas más legendarias del toreo.

