Castella cuaja a un gran toro de Santiago Domecq en Albacete

Castella cuaja a gran toro de Santiago Domecq en Albacete

El torero francés le cortó las dos orejas al cuarto de la tarde, premiado con la vuelta al ruedo

Ficha

Plaza de toros de Albacete. Cuarto festejo de la Feria de la Virgen de los Llanos. Segunda corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Astados de la ganadería de Santiago Domecq, muy bien presentados y de juego dispar. En general la corrida tuvo nobleza y casta, aunque a algunos animales les faltó mayor entrega. El mejor el 4º, ‘Imperial’, nº 65 premiado con la vuelta al ruedo.

Sebastián Castella: Ovación con saludos tras petición y Dos orejas.

Miguel Ángel Perera: Ovación y Ovación.

Borja Jiménez: Silencio tras aviso y Aplausos tras aviso.

Comentario

Corrida muy seria de presencia y de comportamiento la jugada hoy en Albacete por parte de la vacada de Santiago Domecq. Del conjunto, sobresalió el cuarto, que fue un dechado de virtudes: nobleza, clase, recorrido, humillación, fijeza… Sebastián Castella anduvo toda la tarde muy templado y tranquilo, degustando la calidad de sus antagonistas, sobre todo del referido cuarto ejemplar, al que le cortó las dos orejas. Miguel Ángel Perera firmó una labor de mucho mérito frente al segundo, al que le pudo por abajo, consiguiendo naturales de buen trazo. El quinto se vino pronto abajo. Por su parte, Borja Jiménez toreó con profundidad y mucha entrega al tercero, firmando una obra de nota alta. Obtuvo un apéndice. La espada le privó en el sexto de repetir triunfo tras hilvanar un quehacer que tuvo momentos destacados con la mano izquierda.

Sebastián Castella

El primero de la tarde fue un burel noble, de buena condición aunque falto de transmisión y motor. Frente a él, Sebastián Castella logró un trasteo templado, sobre todo con la mano derecha, en el que ligó los muletazos en un palmo de terreno. Faena pulcra y de un importante fondo técnico. Estocada algo desprendida. Ovación con saludos tras petición.

El cuarto, como queda apuntado, fue un toro muy completo. Bravo, encastado, tanto en las telas como en el peto, con humillación, con entrega y con clase. Inició faena Castella en el platillo de la plaza con un péndulo, ligándole los muletazos en el sitio, sin perderle pasos, lo que hizo que la labor tuviera mucha intensidad. Poderío en la muleta del francés, que sometió por abajo al de Santiago Domecq. En la parte final de la misma, se metió entre los pitones para formarle un lío a su oponente. Terminó con unas ajustadas bernadinas. Espadazo bien colocado. Dos orejas y vuelta al ruedo para ‘Imperial’, de Santiago Domecq.

Miguel Ángel Perera

El segundo animal de la suelta fue exigente, se movió bastante aunque bien es cierto que le faltó poseer más clase en la embestida. Muy firme Miguel Ángel Perera, que le bajó los humos con el mando de su muleta, puliéndole los defectos que tenía, como reponer y venirse a veces muy por dentro. Enjundia tuvieron los naturales del extremeño, que finiquitó al astado de una estocada arriba. Ovación.

Noble y franco fue el quinto, que sin embargo se mostró muy dolorido de las manos durante la lidia. Esa circunstancia le impedía desplazarse de forma correcta al animal de la divisa gaditana. Comenzó faena Perera con pases cambiados por la espalda, tratando de afianzar a su antagonista, de que éste cogiera confianza a la hora de moverse. A media altura, sin obligarle, consiguió tandas de muletazos limpias, en las que pulseó muy bien al de Santiago Domecq, llevándolo muy embebido en el trapo rojo. El toro se apagó muy pronto y dio al traste con las ilusiones puestas en él por parte de Perera y del público. Espadazo perpendicular. Ovación.

Borja Jiménez

Con un manojo de buenas verónicas saludó Borja Jiménez al tercero de la corrida, un toro con casta y transmisión pero con limitada clase y entrega. También empezó faena el matador sevillano con pases cambiados por la espalda, consiguiendo los momentos álgidos del trasteo con la mano derecha. Asentado, encajado el de Espartinas, que cuajó series de gran profundidad y pureza. La verdad y la disposición total de Borja Jiménez fueron recompensadas con un apéndice después de dejarlo para las mulillas de una estocada entera.

Al natural llegaron las tandas más rotundas de la faena de Borja Jiménez al sexto, que se movió mejor por el izquierdo ya que por el derecho se ceñía más al cuerpo del torero. Muy cruzado siempre Borja, hundido en la arena, muy metido en su labor en todo momento. Necesitó de varias entradas con el estoque de acero. Aplausos tras aviso.

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