Indulto de Talavante en Almagro con una faena de inspiración
El extremeño sumó cuatro orejas y un rabo después de perdonarle la vida a ‘Guapillo’, nº 21
Ficha
Plaza de toros de Almagro (Ciudad Real). Tradicional corrida de su Feria y Fiestas. Casi Lleno. Astados de la vacada de Cayetano Muñoz, el 3º, ‘Guapillo’, nº 21, ha sido indultado.
Sebastián Castella: Oreja y Oreja.
José María Manzanares: Ovación con saludos tras aviso y Oreja.
Alejandro Talavante: Dos orejas y rabo simbólicas tras indulto y Dos orejas.
Comentario
Corrida de juego interesante de Cayetano Muñoz, con el denominador común de la nobleza y la clase pero también la falta de emoción y transmisión. A la corrida apenas se le picó en varas. Alejandro Talavante ha cuajado una actuación sensacional en ambos turnos, llena de inspiración, sentimiento y entrega máxima. Le perdonó la vida al primero de su lote. Sebastián Castella también salió a hombros tras cortar dos orejas después de sendos trasteos ante todo templados y de mucho pulso dada la condición de sus enemigos. José María Manzanares también habría salido a hombros de haber estado más acertado con la espada en el segundo ejemplar de la corrida.
Alejandro Talavante
Tercero
Alejandro Talavante saludó de forma distinta y mucha improvisación al tercero de la tarde. El toro fue noble, repetidor, con calidad y bastante clase. Frente a él, Talavante lo cuajó a placer, paladeando y gozando el toreo. Galleando por chicuelinas lo condujo al caballo de picar, ejecutando seguidamente un quite por saltilleras. El trasteo lo inició el diestro extremeño con varios pases cambiados de rodillas, continuando después con toreo en redondo. Faena rotunda y muy completa de Talavante, que se inspiró en tierras manchegas para dejar un aroma de toreo caro sobre la arena. Los derechazos y naturales brotaron de la franela que manejaba largos y templados, profundos y hondos, poniendo el alma en cada muletazo. La petición de indulto por parte del público fue a más, con el torero instrumentando una segunda faena. El ejemplar de Cayetano Muñoz duró una enormidad, echando siempre la cara y el hocico abajo. Finalmente, el palco presidencial otorgó el indulto a ‘Guapillo’, nº 21. Dos orejas y rabo simbólicas y el regreso al campo par el animal de la ganadería extremeña.
Sexto
Con verónica de manos manos recibió Talavante al sexto de la corrida. Aquí llegó otra sinfonía por naturales, con pasajes de muletazos largos, de mucha profundidad, ajuste y reunión. Muy creativo e imaginativo el pacense tanto en los comienzos de cada serie como en los remates, con muletazos tanto por arriba como por bajo, despertando el interés y la admiración del aficionado. Las manoletinas con las que abrochó la faena tuvieron entidad propia, muy personales. Hubo mucha conexión con el tendido. Gran estocada. Dos orejas.
Sebastián Castella
Primero
El primero fue, posiblemente, el burel con las fuerzas más justas de todo el encierro. Protestado por el público durante la lidia, siendo aguantado finalmente por la presidencia. Buena lidia de José Chacón, que lo cuidó al máximo con el capote. A media altura, sin obligar para nada, le enjaretó la faena Castella, que tuvo que realizar una labor de enfermero para sostener en pie a un toro muy al límite de la fortaleza mínima que se le pide a un toro bravo. Espadazo bien colocado. Oreja.
Cuarto
El que pisó el ruedo en cuarto lugar tampoco evidenció estar sobrado de fuerza. Por chicuelinas quitó Castella para conducir al cornúpeta hasta el caballo de picar. Buenos pares de banderillas prendieron en el morrillo del astado tanto José Chacón como Alberto Zayas. A base de suavidad, fue ligando los muletazos Castella en una faena en la que, nuevamente, no pudo obligar por bajo a su antagonista sino llevarlo con pulso hasta el final del viaje, sin tirones dada la apuntada falta de fuerza. En la parte final del trasteo se pegó un arrimón el torero de Beziers, que lo pasaportó de una estocada trasera. Oreja.
José María Manzanares
Segundo
Se lució en el toreo a la verónica José María Manzanares en el recibo al segundo de la suelta. Poca raza y transmisión en el toro de Cayetano Muñoz, al que también tuvo que cuidar, sin someter en ningún momento, el matador de Alicante. Tuvo mérito el trasteo ya que con su innata torería, empaque y personalidad, consiguió Manzanares enjaretar una obra interesante por el trasfondo técnico de la misma. Marró con los aceros Manzanares. Ovación con saludos tras aviso.
Quinto
Manzanares saludó al quinto con un ramillete de verónicas llenas de empaque y plasticidad. Nobleza y clase apuntó el astado de Cayetano Muñoz, así como también cierta querencia a tablas en el tercio de banderillas. Buena lidia de Diego Vicente, sobresaliendo con los rehiletes Juan José Trujillo. La faena del torero alicantino alcanzó su punto álgido a la hora de manejar la mano derecha. Por ahí hubo ligazón temple y mucho gusto, amén de sentimiento y entrega por parte de Manzanares. Liquidó al de Cayetano Muñoz de media estocada en los rubios y paseó un apéndice.
Crónica y foto: Carmen de la Mata