Gran corrida de Domingo Hernández, que lidió un conjunto muy completo, con los toros sacando lo mejor que llevaban dentro en el tercio final. Maestría de Enrique Ponce, en su despedida de la afición cántabra con un lote nada sencillo; extraordinaria reaparición de Morante de la Puebla, que cuajó dos faenas redondas, dejando muletazos para el recuerdo; y un entregadísimo y muy dispuesto Fernando Adrián, que se ha metido en el bolsillo con «su» verdad al público de Santander
Ficha
Plaza de toros de Santander. Cuarto festejo de la Feria de Santiago. Segunda corrida de toros. Lleno. Ejemplares de la ganadería de Domingo Hernández.
Enrique Ponce: Oreja y Dos orejas tras aviso.
Morante de la Puebla: Oreja con petición y Oreja tras aviso.
Fernando Adrián: Dos orejas y Oreja.
Importancia tuvo la faena de Ponce al primero
El primero de la tarde mostró nobleza y calidad en los primeros tercios así como también la raza justa. Se luce en banderillas Víctor del Pozo. Enrique Ponce construyó una faena, brindada a Morante de la Puebla, templada, paciente, conduciendo al toro con pulso y sin obligarlo al principio de la misma, pero exigiéndole más conforme avanzaba el trasteo. El animal de Domingo Hernández tuvo una embestida informal, haciendo las cosas a veces con ritmo y en otras series moviéndose con cierta aspereza y brusquedad, protestando por arriba. Labor importante del torero valenciano, conjugando en la muleta suavidad y mando. Gran estocada. Oreja.
Obra maestra del torero valenciano al cuarto
El cuarto ejemplar de la corrida evidenció bravura desde que saltó al ruedo a pesar de estar lastimado en la pata izquierda, empujando con clase en el caballo. Obra maestra con la muleta de Enrique Ponce, resaltando ante todo la inspiración, el sentimiento, la improvisación, la reunión, la naturalidad a la hora de torear, ralentizando los muletazos por momentos, enroscándose al astado de Domingo Hernández a la cintura y conduciéndolo hasta atrás. Faena redonda, de gran intensidad y emoción acompañada musicalmente con la interpretación de ‘La Misión’ de Ennio Morricone, creándose un clima muy especial en el Coso de Cuatro Caminos, de conjunción entre toro, torero y público. Estocada arriba. Dos orejas tras aviso.
Morante de la Puebla regresa a lo grande con el segundo de Domingo Hernández
Sensacional toreo a la verónica en el recibo de Morante de la Puebla al segundo de la corrida, el toro de su reaparición. Excelente quite por chicuelinas de Morante, toreando con ritmo y con compás. Gran inicio de faena, que brindó a u apoderado y amigo Pedro Jorge Marqués, del diestro cigarrero, haciendo siempre las cosas con pureza y naturalidad. Mejores fueron las series ejecutadas con la mano derecha, reunidas, templadas, pasándose al de Domingo Hernández muy cerca, con el torero asentado y encajado, con una colocación óptima delante del toro. Al final del trasteo ha instrumentado una tanda de naturales extraordinaria, toreando muy para él. Conjunto lleno de torería y con el sello propio de Morante. Espadazo desprendido. Oreja con petición de la segunda.
Faena para el recuerdo del torero cigarrero al quinto ejemplar de la tarde
Algún defecto en la vista dejó entrever el quinto animal del festejo, pegándose varios chocazos contra las tablas. Se desmonteran en banderillas Antonio Joao Ferreira y Alberto Zayas después de lucirse con los palitroques. Lección magistral de Morante de la Puebla, que cuajó una faena para el recuerdo, aguantando y tragando al toro que nunca terminaba de venir metido en la muleta, esperando una enormidad a que metiera la cara en los engaños para tirar de la embestida con pulso, muy despacio, toreando con todo el cuerpo. Temple, profundidad, compromiso, reunión, verdad y pureza, el toreo con mayúsculas es el que ha ejecutado hoy en Santander José Antonio Morante Camacho. Labor de verdadero mérito e importancia por las condiciones que tenía el cornúpeta. Estocada corta. Oreja tras aviso.
Completa faena por ambas manos de Fernando Adrián al toro de su presentación en Santander
Fernando Adrián recibió al primero de su lote con tres faroles de rodillas, continuando después toreando por verónicas también de hinojos. La faena del torero madrileño, brindada a sus compañeros de cartel hoy, Enrique Ponce y Morante de la Puebla, ha sido rotunda, intensa, exigente para él mismo y para el toro, rompiéndolo por abajo al animal de la divisa salmantina, que ha sacado un gran fondo de bravura y clase aunque al final terminó marcando querencia hacia las tablas. El inicio del trasteo, abrochado con un cambio de mano de cartel de toros, y el final con circulares y una arrucina, pusieron al público en pie. Espadazo en lo alto. Dos orejas de ley.
Entrega total y ganas de querer ser torero de Fernando Adrián en el sexto, que lo volteó al realizar un quite
Fuerte voltereta a Fernando Adrián al realizar un quite por chicuelinas. Poco le importó eso al diestro madrileño para marcharse hasta los medios para iniciar su faena con dos pases cambiados por la espalada de rodillas, siguiendo después toreando en redondo de la misma guisa. Nuevamente la verdad, la intensidad, la actitud y las ganas de querer ser torero han sobresalido en la labor de Fernando Adrián, que firmó tandas muy importantes, de mucha entrega por ambos pitones. Concluye con unas bernadinas de infarto, por lo ajustadas que fueron. Pinchazo y estocada. Oreja.
Incidencias
El público ha obligado a saludar a la terna antes de que pisara la arena el primer toro de la corrida.
Galería fotográfica
Carmen de la Mata
Fotos: Arjona – Lances de Futuro