Faena grande de ‘El Cid’ en Albacete
El torero de Salteras cuajó una extraordinaria obra frente al cuarto, un bravo y enclasado animal de La Quinta
Ficha
Plaza de toros de Albacete. Octavo festejo de la Feria de la Virgen de los Llanos. Quinta corrida de toros. Dos tercios de entrada. Ejemplares de la ganadería de La Quinta, con cuajo y bien presentados. Los de mejor juego fueron 3º y 4º y el 5º en el tercio final.
Manuel Jesús ‘El Cid’: Ovación y Oreja con petición y dos vueltas tras aviso.
Molina: Oreja y Ovación.
Alejandro Peñaranda: Ovación tras aviso y Ovación.
Comentario
Corrida en la que nadie se aburrió con los astados de La Quinta, que ofrecieron posibilidades de triunfo a los toreros, a excepción de primero y sexto que mansearon más. Tercero, cuarto y quinto, éste en el último tercio, tuvieron nobleza, calidad y bravura. En general, encierro interesante. ‘El Cid’, que entró en el cartel por la vía de la sustitución, realizó lo más destacado de la tarde y casi de la feria. Faena grande, sobre todo al natural, al cuarto, al que pinchó antes de acertar con la espada. Molina perdió también la puerta grande con los aceros, ya que volvió a demostrar que atraviesa un gran momentos en su carrera, de mucha frescura y capacidad para resolver en la cara del toro. Alejandro Peñaranda tampoco estuvo acertado con el estoque, dejándose ir algún trofeo en el tercero.
‘El Cid’
El primero de la tarde manseó en el peto, haciendo las cosas sin entrega ni celo. Manuel Jesús ‘El Cid’ lo intentó en la faena de muleta, ante un burel que salía del envite con la cara alta y desentendido. Lo mejor de la faena al de La Quinta fueron los naturales que ejecutó el torero de Salteras, que se mostró por encima de su oponente, con recursos y buena técnica. Estocada y descabello. Ovación.
.El cuarto tampoco apuntó virtudes en los primeros tercios, al contrario, no quiso emplearse en el caballo de picar. Pero después rompió a embestir en la faena de muleta de ‘El Cid’, que le cuajó una obra monumental, sobre todo al natural. El toro fue bravo, encastado, con clase, repitiendo tras el engaño con codicia. Soberbio ‘El Cid’, que expresó el toreo con mayúsculas con la mano zurda. Hondura, profundidad y temple tuvieron los muletazos, enganchando adelante y vaciando detrás de la cadera. Los pases de pecho con los que abrochó las series fueron sensacionales, con todo el toro por delante. Pinchazo y estocada algo desprendida. Oreja con petición de la segunda y dos vueltas al ruedo tras aviso.
Molina
El segundo fue un animal exigente al que supo entender Molina. Saludó en banderillas, Caco Ramos. Le dejó la muleta puesta por delante para tirar de él, logrando mayor acople al natural. Le dio tiempo y distancia el matador albaceteño, firmando una labor de bastante mérito puesto que estuvo cargada de matices técnicos para poder sacarle al ejemplar de La Quinta todo lo que llevaba dentro. Estocada. Oreja.
El quinto tuvo mejor condición en la muleta que en los tercios iniciales. Fue ahí, en ese momento, cuándo sacó motor y transmisión. Faena a más, fundamentalmente por el lado derecho, de Molina que lo toreó muy despacio, con mucho pulso, llevando cosido a la franela al cornúpeta de La Quinta. Marró el triunfo con el acero. Ovación.
Alejandro Peñaranda
Muy a gusto toreó Alejandro Peñaranda al tercero de la suelta. Con la mano derecha lo templó en tandas de muletazos de reunión, de ajuste, de compromiso, de mucho pulso en las muñecas. Asentado, relajado el torero, que dibujó instantes de belleza notable. Por el lado izquierdo, el burel se metió más por dentro, embistiendo con otra condición bien diferente. Media estocada bien colocada y varios descabellos. Ovación tras aviso.
Con el sexto solamente pudo lucirse Peñaranda con el capote, en el saludo a la verónica. Posteriormente, en el tercio final se vino abajo el toro, con comportamiento de manso. Poco pudo hacer el diestro de Iniesta, que lo finiquitó de un espadazo. Ovación.
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Crónica: Carmen de la Mata