Juan Pablo Sánchez sale a hombros en Guadalajara

Juan Pablo Sánchez sale a hombros en Guadalajara

Juan Pablo Sánchez sale a hombros en Guadalajara

El espada mexicano conquistó un apéndice de cada toro de su lote. Juan Ortega le cortó la oreja al tercero de la corrida

Ficha

Plaza de toros ‘Nuevo Progreso’ de Guadalajara (México). Segunda corrida de la temporada de reapertura. Ejemplares de la vacada de Pozohondo, el 3º lidiado como sobrero.

Juan Pablo Sánchez: Oreja y Oreja.

Diego Silveti: Aplausos y Aplausos.

Juan Ortega: Oreja y Aplausos.

Incidencias

Fernando García se desmonteró en el 3º.

Juan Pablo Sánchez
Primero

“Colombiano”, de 472 kilos, número 36, de Pozohondo, fue el toro que abrió el segundo festejo del serial en la plaza de toros “Nuevo Progreso”. El burel correspondió al matador de toros Juan Pablo Sánchez que buscó la variedad con el capote. Pausado comenzó su faena, el torero hidrocálido inició doblándose con el toro teniendo claro que había que darle mucho reposo por la escasa fuerza. Por el izquierdo lo llevó con lentitud, buscando ayudarle en el viaje, sin obligarle, y por eso los naturales han tenido la templanza. La paciencia que caracteriza a este torero, le permitió dar al toro su tiempo y distancia,  por eso logró romper al final por el lado derecho, con series de mucho empaque. Fue un trasteo de un toreo maduro y entendido. La estocada certera, le bastó para cortar la primera oreja de la tarde.

Cuarto

El cuarto de la tarde, “Turrón”, de 480 kilogramos, ha sido al que Juan Pablo Sánchez, saludó por verónicas. Brindó su faena al maestro colombiano César Rincón, presente en una barrera del coso tapatío. El tercero tuvo muy poco, deslucido, sin fondo y además con peligro. Una vez más el torero de Aguascalientes se mostró con poder y oficio, en una trasteo valiente metido entre los pitones, sin dar tregua a su enemigo. Aguantó mucho y los muletazos robados han sido de gran exposición y mérito. Oreja tras estocada.

Diego Silveti
Segundo

“Platero”, de 478 kilos, segundo de la función, correspondiendo a Diego Silveti que tuvo un breve saludo capotero. Brindó a la afición tapatía y comenzó su labor ante un toro deslucido y de poca transmisión, apostando el guanajuatense por una faena a media altura, ayudando mucho en el viaje del astado. Siempre dispuesto y con entrega absoluta intentó lucir por ambos pitones. Muy por encima de su enemigo al que pasaportó al segundo viaje, para retirarse entre palmas.

Quinto

El quinto de la tarde, “Garambullo”, de 500 kilos, permitió a Diego Silveti ejecutar un vibrante quite. El torero guanajuatense citó de largo al de Pozohondo para ejecutar un péndulo que puso emoción en los tendidos. El toro, a cuenta gotas, aportó muy poco, su escasa fuerza hizo que perdiera las manos. Sin embargo Silveti planteó cara, acortó la distancia, dejó la muleta en la cara del toro para tirar de él con determinación, sobre todo por el pitón derecho, siempre por encima de su enemigo. Lamentablemente falló con la espada y se retiró entre palmas.

Juan Ortega
Tercero

El tercero bis, “Trianero”, de 515 kilos, de Pozohondo, tocó en suerte a Juan Ortega, que con lentitud se recreó con el percal. Un brindis en reconocimiento al maestro José Antonio Ramírez “El Capitán”, para comenzar su faena en la que consintió a un toro muy justo de fuerza. Lo esperó por el izquierdo, forjando los naturales con mucho reposo, logrando dar a su faena gran lucimiento. Elevó los niveles cuando por el derecho lo toreó en cámara lenta, ligando serie de mucha pureza, en la que aprovechó para imprimir esos detalles con aires de añejamiento. Media ración de acero fue suficiente para pasaportar al toro.

Sexto

“Lunero”, de 492 kilos, ha sido el toro que cerró plaza, segundo en el lote del diestro ibérico Juan Ortega. El astado de Pozohondo perdió las manos apenas en el primer muletazo y cortó de tajo las aspiraciones del diestro sevillano que aunque voluntarioso, poco pudo hacer ante el deslucido toro de Pozohondo, Ortega poco pudo hacer y el público lo despidió entre aplausos.

Crónica: Natalia Pescador

Foto: Gus Pelayo